Vinos MALACARA son el embajador honorable y una fuente de orgullo para Argentina en los cinco continentes.

Cuenta la leyenda que un 3 de abril de 1884, en el Valle de los Mártires, en la Patagonia Argentina, un gaucho montado en su caballo de cara blanca llamado Malacara escapaba del acecho de los indios pehuenches cuando fue alcanzado por una flecha. Según la leyenda, Malacara continuó su carrera y los dejó atrás saltando un peligroso risco que los otros caballos no se atrevieron a saltar. Anduvo día y noche con su dueño herido aferrado a sus crines. Cruzó las altas cumbres de la Cordillera de los Andes, atravesó las fértiles tierras del Valle de Uco, y finalmente lo regresó a salvo.
Malacara vivió hasta 1909 y desde aquel entonces, en la Patagonia, a todos los caballos valientes que llevan una mancha blanca en sus caras se los llama con su nombre. Un caballo robusto, franco y leal, que nace en las mismas tierras que nuestros vinos, un mítico valle donde al hacer silencio, aún se escucha el andar de Malacara.